De profesión "Parlamentario"
Escribí lo siguiente hace unos meses:
Un problema común a los sistemas "democráticos", es el de las burocracias autogeneradas, así nos enfrentamos a personas que hacen de la política su profesión al punto de pasar luego de un par de períodos como diputados, a alcaldes, luego alguna subsecretaria ministerial, un ministerio, etc. pasado el tiempo estas gente jubila habiendo tenido por actividad solo cargos públicos de elección popular o de exclusiva confianza de diversas autoridades igualmente públicas.
Los diputados de mi zona (de ambos lados), lo han sido desde 1990 y alguno lo era antes de 1973, en realidad el gobierno militar parece haber sido un periodo perdido en sus jubilaciones. El desprestigio de la política creo que en parte viene de esta falta de renovación, de este malsano apego al poder, como ejemplo nada más recordar las últimas elecciones para el congreso de California USA, donde las mismas autoridades arreglaron la distribución de los distritos electorales, para facilitar su reelección.
Que las mismas personas estén en estos cargos por tiempo indefinido, pues no es creíble que sean tan indispensables para la viabilidad del sistema, si eso es así, si el sistema depende para sobrevivir de algunas personas específicas, entonces el sistema esta mal y hay que cambiarlo antes que se nos caiga encima.
La obvia solución es limitar la reelección de las personas a un período definido de tiempo, pero NO debe haber trampas, no vale que una vez diputado, luego sea convertido en alcalde o embajador, la limitación en el tiempo de servir en cargos públicos debe incluir aquellos de elección popular y los de confianza. Esta renovación de funcionarios públicos, traería estoy seguro, entre otras ventajas, la disminución de la corrupción y un mayor compromiso con el sistema.
Pues ¿que cercanía con la realidad cotidiana pueden tener personas que están absolutamente alejadas de la cotidina lucha por sobrevivir?, es una pregunta en extremo válida, semejante a la que se les suele hacer a los profesores universitarios que jamás han tenido experiencia práctica, y deciden desde una entelequia que es lo mejor para sus alumnos, sin ninguna base realista. Es cosa de revisar la historia de los parlamentarios recientemente electos.
Por supuesto no todo está perdido y como ejemplo simpre pienso en Senadores como los Srs. Fernando Flores, Andrés Allamand, Carlos Bianchi, son el ejemplo perfecto de lo que debería ser un parlamentario, creo honestamente que personas así son las decuadas para ser parte de esta renovación.
Un problema común a los sistemas "democráticos", es el de las burocracias autogeneradas, así nos enfrentamos a personas que hacen de la política su profesión al punto de pasar luego de un par de períodos como diputados, a alcaldes, luego alguna subsecretaria ministerial, un ministerio, etc. pasado el tiempo estas gente jubila habiendo tenido por actividad solo cargos públicos de elección popular o de exclusiva confianza de diversas autoridades igualmente públicas.
Los diputados de mi zona (de ambos lados), lo han sido desde 1990 y alguno lo era antes de 1973, en realidad el gobierno militar parece haber sido un periodo perdido en sus jubilaciones. El desprestigio de la política creo que en parte viene de esta falta de renovación, de este malsano apego al poder, como ejemplo nada más recordar las últimas elecciones para el congreso de California USA, donde las mismas autoridades arreglaron la distribución de los distritos electorales, para facilitar su reelección.
Que las mismas personas estén en estos cargos por tiempo indefinido, pues no es creíble que sean tan indispensables para la viabilidad del sistema, si eso es así, si el sistema depende para sobrevivir de algunas personas específicas, entonces el sistema esta mal y hay que cambiarlo antes que se nos caiga encima.
La obvia solución es limitar la reelección de las personas a un período definido de tiempo, pero NO debe haber trampas, no vale que una vez diputado, luego sea convertido en alcalde o embajador, la limitación en el tiempo de servir en cargos públicos debe incluir aquellos de elección popular y los de confianza. Esta renovación de funcionarios públicos, traería estoy seguro, entre otras ventajas, la disminución de la corrupción y un mayor compromiso con el sistema.
Pues ¿que cercanía con la realidad cotidiana pueden tener personas que están absolutamente alejadas de la cotidina lucha por sobrevivir?, es una pregunta en extremo válida, semejante a la que se les suele hacer a los profesores universitarios que jamás han tenido experiencia práctica, y deciden desde una entelequia que es lo mejor para sus alumnos, sin ninguna base realista. Es cosa de revisar la historia de los parlamentarios recientemente electos.
Por supuesto no todo está perdido y como ejemplo simpre pienso en Senadores como los Srs. Fernando Flores, Andrés Allamand, Carlos Bianchi, son el ejemplo perfecto de lo que debería ser un parlamentario, creo honestamente que personas así son las decuadas para ser parte de esta renovación.
Etiquetas: Concertación, Corrupción Chile
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